miércoles, 18 de septiembre de 2013

INTERNET Y LA SUPERCHERÍA EN EL ÁMBITO DE LA SALUD

Copyright © Luis Perea 2013. Todos los derechos reservados. Cualquier copia, duplicación o uso del contenido de este artículo está prohibido salvo autorización previa del autor.



No sé la razón, pero el mundo del Fitness y la nutrición está llenísimo de "opinadores" gratuítos y sentenciadores de decálogos que no han leído un estudio científico en su vida. Luego están los que como único argumento, cuando intentas rebatir una idea y lo fundamentas con estudios médico-científicos, se escudan en que hay intereses farmacéuticos detrás y demonizan al sector médico. 


También están por supuesto los que se creen absolutamente todo lo que leen y lo defienden encarnizadamente simplemente porque Pepito Perez que tiene una licenciatura y además un doctorado ha escrito un libro que se está vendiendo muy bien o por aquel consabido "a mi me funcionó" o "está en las farmacias y lo recomiendan los médicos". Y por último tenemos el enterado de turno (cachas eso si), que no ha leído un libro en su vida pero si muchas revistas del Muscle Mag y cree que mezclando cuatro conceptos básicos y soltando cuatro palabras técnicas ya es todo un experto en salud y actividad física a pesar de no tener ningún estudio relacionado con el ejercicio y trabajar de fontanero en el barrio de Lava Pies.

Desde el día en que vi a cierto profesional de la televisión defender el libro "La enzima prodigiosa" no tuve la menor duda: ya solo nos queda la política y el fútbol para intentar divulgar una propia idea o una evidencia, y por mucho que la defiendas con ciencia, con cien estudios validados y con decenas de argumentos, la charlatanería online siempre podrá mas: tu puedes gritar una verdad desde un tejado y llegarás a cincuenta personas, pero murmura una mentira por Internet y llegarás a mil.



Este individuo tiene su séquito de seguidores en la red, pero lo que no se si sabe el tal Hijomi Shinya, es que existe un Real Decreto del año 1996 que se pronuncia muy claramente con respecto a promover todo tipo de "remedios naturales" con el fin terapéutico de solucionar problemas y patologías tumorales derivadas de un cáncer.

Últimamente he escuchado argumentos expuestos en este libro del tipo: "No es buena idea comer animales con alta temperatura corporal, como el buey y el pollo, porque la grasa animal se solidificará en el torrente sanguíneo. Es mucho mejor comer animales con una temperatura corporal baja, como el pescado, porque el aceite de pescado se licúa en el cuerpo y llega a lavar las arterias en lugar de depositarse en ellas."..... No era al revés? no favorece el calor la disolución? de cualquier forma no hay estudio contrastado ni epidemiológico, NADA que apoye científicamente este absurdo argumento. En fin... y sigue la lista de charlatanes: recientemente ha aparecido un supuesto "milagro" para solucionar todos los males: beber agua de mar. (Es recurrente, cada seis u ocho años reaparece la tendencia). 

Los que abogan por esta aparente solución exponen razones poco menos que esotéricas para defender su argumentación, obviando que en comparación con el plasma sanguíneo el agua de mar es entre tres y cuatro veces más concentrada en sales, por otra parte el glomérulo renal tiene una capacidad limitada de filtración y el absurdo argumento de que las células necesitan sodio para comunicarse entre ellas es un argumento muy pobre e infantil como para defender esa tendencia, entre otras cosas porque aunque sabemos que el sodio y el potasio son necesarios en términos fisiológicos para el correcto funcionamiento, ni de lejos necesitamos el agua de mar para que esta comunicación celular se realice de forma eficiente. De hecho los problemas nerviosos, musculares o cardíacos relacionados con la comunicación celular, rara vez tienen en la carencia de sodio su "diana" patológica. Mas bien al contrario, los excesos de sodio pueden tener graves consecuencias para la salud. Hemos llegado a un punto en que parece que "todo cura"... todo menos la medicina.

El gran problema de Internet es que convierte la información en una enseñanza online. Pero según el interlocutor, esta enseñanza, al no poder ser contrastada ni dialogada, se convierte en una referencia más o en una verdad incuestionable. A su vez, el "contagio" puede ser enorme y muy rápido, puesto que esta información (contrastada o no, unas veces veraz y otras no) llega a muchas personas y se reproduce de forma exponencial, por lo que el efecto divulgativo de una verdad o una mentira es enorme.

Al final, en referencia a cada tema de actualidad - y en la salud este efecto es muy claro-, entramos en la llamada "endogamia informativa", que reproduce a veces miles de veces una idea sin fundamento, sin contraste científico, sin análisis pormenorizados y apoyada en ocasiones por estudios universitarios sin la mínima validación más allá del propio contexto académico. Cuando esa información sale a veces de un señor con diplomas varios entonces parece que ya no hace falta validar nada.

Desde mi punto de vista, hay que ponerlo TODO en duda, y cuando has leído y releído, te has informado, has debatido, cuestionado, preguntado y estudiado, entonces y solo entonces puedes defender una conclusión o una idea. Pero cuando TODO te dice lo contrario, cuando nada vinculado a la ciencia apoya una idea, ¿qué sentido tiene defender un argumento?.


Ahora, con la autoedición editorial, el facebook, twitter... cualquiera puede erigirse como líder de opinión (lo cual no es malo), pero es un hecho claro que en un sector como el de la salud hay que ir con cuidado con ciertas ideas o planteamientos. El tema de las dietas diría que es un problema secundario, pero cuando entramos en la nutrición desde el punto de vista del tratamiento de la obesidad, los trastornos alimentarios, el tratamiento de patologías... lo lógico, lo coherente y lo prudente sería dejarse guiar y apoyar por el experto, pero por desgracia, las pseudociencias campan a sus anchas y homeopatías, milagros en forma de pastillas, dietas varias y hasta agrandadores de pene proliferan en la red e incluso en nuestra farmacias.

Con respecto a este tema os dejo un enlace a la web del periodista Luís Alfonso Gámez, un buen referente de lo bueno y SANO que es ser escéptico.


Luis Perea


No hay comentarios:

Publicar un comentario