Según el INE, durante los res
últimos meses de 2005, hubo en España más de medio millón de bajas laborales,
con un coste de 2.234 euros por trabajador al mes. Lo que significa que
cuantificar la pérdida de salud en la sociedad es absolutamente factible, se
trata sencillamente de multiplicar.
Las llamadas “bajas laborales”, son provocadas por
factores diferentes según la escala de trabajador. Por una parte encontramos a
los trabajadores de alta responsabilidad, directivos etc. en donde los agentes
desencadenantes son el exceso de responsabilidad, el estrés o la ansiedad. El estudio
“La Salud del Directivo: Riesgos y Prevención”, realizado por el Centro de
Investigación Biomédica EuroEspes, realizó un estudio sobre más de 190
directivos con edades de entre 29 y 68 años, arrojando datos tremendamente
escalofriantes: el 22% padecía problemas cerebrovasculares, asociados a
estadios de vértigo, mareos, visión borrosa o tics nerviosos de mayor o menor
grado, el 20% tenía tasas de colesterol elevadas, el 17% por ciento tenía
trastornos depresivos (cifra que se eleva tremendamente si observamos el grueso
de la población) y más del 15% sufría cefalea crónica (la migraña es según el
INE la sexta enfermedad crónica más frecuente). Es muy importante destacar que
si a todo ello le sumamos costumbres poco saludables como no hacer ejercicio,
fumar o comer mal, las consecuencias en forma de colesterol y sobrepeso hacen
que -junto con el resto de patologías- el riesgo a nivel cardiaco y
cerebrovascular aumente de forma exponencial.
A medida que vamos observando el
resto de niveles de trabajadores observamos como a los ya citados podemos
añadir los problemas de espalda (de nuevo un factor asociado directamente a la
inactividad física y a una higiene postural incorrecta). En España, según la fundación Prevent ,
las dolencias de espalda causan el 20,4% de las consultas médicas relacionadas
con la salud laboral, ocasionando anualmente la pérdida de 700.000 jornadas de
trabajo por patologías como la hernia discal, ocasionando costes que equivalen
a más del 1,7% del PIB.
Como vemos, uno de los retos del entrenador personal es enseñar a las
personas a mejorar sus condiciones de vida y también de trabajo.
Eso es
verdaderamente prevención. Por tanto, una buena idea es crear programas tipo
“Corporate Wellness” y salir del estudio de entrenamiento o salir del gimnasio,
coger los bártulos y hablar con los directores de recursos humanos de las
diferentes empresas a explicarles lo que un correcto programa de salud puede
hacer por sus trabajadores y por su empresa, En este sentido, siempre me gusta
nombrar una frase que suelo utilizar mucho en los cursos de gestores
deportivos: “Si tu trabajador no sonríe y tiene cara de perro, tu empresa no
sonríe y tiene cara de perro”. De igual forma podríamos decir que si a tu trabajador
le duele la espalda y eso merma su rendimiento, a tu empresa le duele la
espalda y su rendimiento decrece.
De todas formas, cuando nos aventuramos a salir del paraguas del centro
deportivo, igual que cuando decidimos a establecernos por nuestra cuenta, las
opciones son muchas, pero en todas tendremos que manejar información que
debemos a su vez diseñar convenientemente, analizar sus procesos desde la fase
de idea hasta que llega al cliente final, traducir, hacerla atractiva y por
último empaquetarla muy bien para hacerla seductora a nuestro interlocutor. Eso
es marketing, y aunque se aprende, se trata de estrategias que generalmente uno
sabe o no sabe hacer. No obstante, durante años, me he dado cuenta que la
capacidad de venderte es muy importante, pero lo es más la capacidad de
progresar y mantenerte.
Estos programas de salud o servicios
que podemos crear, pueden realizarse directamente en las empresas mediante
cursos de nutrición, valoraciones físico-posturales y de hábitos de vida “in
company”, algo que ya creó mi amigo Pablo Viñaspre , gerente de GEDO-Wellness & Sport Consulting hace años, ofreciendo
servicios de consultoría y formación directamente en la organización o empresa.
Ese debería ser el nivel de excelencia y personalización de nuestro sector:
donde quieras y cuando quieras. A estos servicios podríamos añadir otros de
mayor especialización como análisis predictivos de riesgos de salud etc. y en
donde una vez más las alianzas con el sector médico serán sumamente
importantes. Esto último es algo que están actualmente poniendo en marcha
diferentes empresas en los EE.UU. y también algunas aseguradoras médicas. La
polémica no es por tanto hasta que punto tenemos derecho a predecir la salud de
un trabajador, sino hasta que punto estamos dispuestos en invertir en ella.
Realmente es un campo muy poco
explotado por nuestro sector, pero al igual que hace muchos años se creó la
figura del abogado de empresa o del médico de empresa ¿porqué no crear la
figura del entrenador personal de la empresa? La respuesta a la pregunta de por
que no se ha creado ya, (salvo casos excepcionales que puedo contar con los
dedos de una mano) es sólo una: la distancia entre el médico de empresa y esta
nueva figura, es todavía muy grande y no hemos sabido formular una oferta
suficientemente creíble y atractiva.
Luis Perea
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