¡Qué difícil es hacer
que una persona sedentaria encuentre placer a realizar ejercicio físico! La
razón de que muchas personas no se sientan a gusto haciendo deporte es sencillamente
que no se han educado para ello. Deberíamos mirar en nuestro cerebro para
indagar sobre los mecanismos de búsqueda-recompensa para obtener la respuesta
de porque unos sienten y viven el ejercicio físico como una forma de vida y una
estrategia de recompensa inmediata (en forma de endorfinas, dopamina y
serotonina, bienestar físico y mental etc.) y otros huyen de este.
La dopamina,
por ejemplo, es un neurotransmisor que hace las veces de “recompensa” y que
aparace de forma natural en nuestro organismo tran ingerir ciertos alimentos
(parece ser que está especialmente relacionado con alimentos que crujen), tras
paracticar sexo y por supuesto tras practicar ejercicio.
De hecho, es
evolutivamente muy interesante que el sexo produzca placer y que tras su práctica
nos sintamos “recompensados” y relajados. De no ser así, seguramente el impulso
de procreación no sería tan atractivo y ninguno de nosotros estaría hoy aquí. En
cualquier caso, al igual que un perro puede llegar a asociar el sonido de la
campanilla con la comida, las personas podemos fácilmente identificar la
práctica del ejercicio físico con unos resultados posteriores más o menos
aparentes. Y no siempre consiste simplemente en dar el paso de salir del sofá e
ir al gimnasio. A veces es incluso difícil mantener la constancia suficiente
como para que el ejercicio sea efectivo. También es verdad que si uno vive el
ejercicio físico desde la niñez, que este forme parte de la vida cotidiana es
muy fácil. Por eso siempre impulso a mis clientes a hacer ejercicio con sus
hijos, no es necesario una alta intensidad, de hecho, es suficiente con salir
algún día a la semana en bicicleta o sencillamente realizar nuestro programa de
ejercicios diario delante de ellos ya que el niño asimila como algo normal lo
que ve en casa, y tarde o temprano acabará reproduciendo en si mismo las actitudes y costumbres que ha visto realizar por sus padres… desgraciadamente
también las malas.
Las personas poco habituadas a hacer
deporte, generalmente tienen un metabolismo "poco educado" hacia la
respuesta metabólica y adaptativa al ejercicio físico. Por ello su recompensa
emocional y física no es interpretada de igual forma que en el caso de una
persona muy acostumbrada a realizar actividades físicas. En este último caso,
el individuo posee un cuerpo educado en reconocer cuales son los procesos y
respuestas metabólicas que deben desencadenarse para realizar los ajustes y
cambios necesarios como para poder asimilar el ejercicio físico. Al igual que
los procesos de adaptación de unidades como los músculos o les tendones son
lentas y exigen de una progresión, acostumbrarse a ser un poco más activo debe
ser también algo gradual, haciendo que nuestro cuerpo y nuestra percepción
mental y sensorial se acostumbren poco a poco al ejercicio.
Realmente se trata de mucho más que acostumbrar nuestro cuerpo: debemos
acostumbrar a nuestra mente, educarla en los buenos hábitos tal como haríamos
para aprobar un máster reorganizando nuestros horarios y acostumbrándonos a la
concentración que exige el estudio. Podríamos decir que es de alguna forma un
tipo de disciplina con una gran recompensa llamada salud.
Las razones
científicas de estas adaptaciones o del placer que se siente haciendo ejercicio
(evidentemente tras un tiempo de ajuste que conseguimos mediante un programa
progresivo de ejercicio y a medida), también se encuentra en nuestra mente. De
igual forma actúan muchos de los malos hábitos para nuestra salud que se
"instalan" en nuestro cerebro mediante mecanismos de recompensa que
incluyen la modificación y activación de los receptores opióides del cerebro,
como ocurre con el tabaco o el hachís. En este caso, la “gestión del cambio”
puede ser para algunas personas un hecho muy traumático y difícil de afrontar.
Yo veo cada día como directivos de empresa son incapaces de verse vestidos con
un pantalón corto y unas zapatillas de deporte, pero una vez dan el paso,
descubren que rinden más en el trabajo, que gestionan mejor su vida, que
optimizan su tiempo con mayor eficacia y que lideran mejor. Simplemente porque
también ellos se sienten y están mejor, y es que estar mejor es positivo, y el
positivismo sólo se puede transmitir cuando se posee.
Es importante destacar que el líder debe
ante todo tener un objetivo, la palabra “leader”, proveniente del inglés “to
lead” (conducir, dirigir), significa aquel que guía, que conduce a un grupo y
lo que está claro es que lo primero es responder a dos preguntas ¿hacia adonde?
y ¿durante cuánto tiempo? Una vez respondidas, es decir tenemos fijado un objetivo
y un plazo, debemos determinar si estamos mental y físicamente en forma para
conseguir cumplir lo que nos hemos propuesto. Y esto no es sólo tarea de
empresarios, nuestra vida es sobre todo un cúmulo de objetivos para los cuales
tenemos un plazo de tiempo determinado sobre el que podemos decidir si
ampliarlo o reducirlo y la fórmula está otra vez en nuestras manos: te cuidas o
no te cuidas.
Según publica la revista “Neuron” en 2011, los especialistas de la Universidad de Pennsylvania (Philadelphia, EEUU)
analizaron los niveles de una proteína (CREB) que controla los genes
involucrados en los mecanismos de recompensa de los opiáceos mediante un
experimento con ratones. Tras acostumbrar a los ratones a asociar lugares
determinados de un laberinto con el suministro de nicotina, se determinó que
los roedores elegían este lugar sobre diferentes opciones de camino. Al acudir
a ese lugar del laberinto, los ratones aumentaban sus niveles de proteína CREB.
Este mecanismo de estímulo-respuesta que actúa a nivel cerebral se da también
en las personas fumadoras justo después de comer, al entrar en un bar o
simplemente rozando sus dedos con un cilindro de papel.
Todo ello demuestra que
las causas de las adicciones son mucho más complejas de lo que a veces suponemos
pero también debe motivarnos el saber que podemos en cierto modo -de nuevo-
desaprender malos hábitos reprogramando nuestro cerebro. En cualquier caso, es
importante asumir que integrar un mal hábito en nuestra vida cotidiana va mucho
más allá de la agresión física, porque lo que en realidad estamos haciendo es
hacer eficiente a nuestro cerebro a sentirse estimulado y a necesitar aquello
que nos daña.
Algunos estudios han demostrado que
patologías adictivas como la ludopatía desencadenan procesos similares en
pacientes dormidos que escuchan el sonido de las máquinas de juego. Se trata de
alteraciones anormales de los mecanismos neuroquímicos que rigen nuestro
cerebro y que también intervienen en alteraciones psiquiátricas como la
anorexia nerviosa.
Científicos suecos han propuesto un mecanismo neuronal para
explicar el desarrollo de esta enfermedad implica a tres tipos de neuronas
situadas en el hipotálamo. Esto nos demuestra que los hábitos de vida, los
buenos y los malos hábitos tienen implicaciones mucho más profundas que a nivel
físico, entrando en el campo de la neuroquímica y la psiquiatría. Lo
positivo de todo esto es que es factible hacer de estos procesos unos aliados
de nuestra salud. De hecho, algunos triatletas o corredores de fondo, aumentan
sus pulsaciones simplemente visionando imágenes de pruebas ciclistas o viendo
gente correr en amplios espacios. De alguna forma, esto nos pone en bandeja un
argumento sencillo: nos volvemos esclavos de actitudes nocivas o de costumbres
beneficiosas porque el exceso siempre suele desembocar en problemas de salud,
la diferencia en cambio está clara: un poco de heroína puede volverte adicto
para toda tu vida, un poco de ejercicio cada semana solamente conseguirá
alargarla.
Las motivaciones para hacer ejercicio
tienen además mucho que ver con aspectos como la autoestima o en como nos vemos
a nosotros mismos. Algunos de los primeros estudios farmacológicos que buscaban
un remedio para la depresión, determinaron que la serotonina 5 o 5-hidroxitriptamina
(5-HT), que es una sustancia que actúa como neurotransmisor tiene niveles
especialmente bajos en las personas con índices bajos de autoestima o proclives
a la depresión. Esta
bajada en los niveles de serotonina ocurre también en las mujeres durante los
primeros días del periodo menstrual.
Los hongos alucinógenos y el LSD actúan
fuertemente en los receptores serotonínicos, de ahí la sensación de euforia y
desinhibición que experimentan los consumidores de este tipo de substancias.
Hacer ejercicio físico estimula además la producción de serotonina y ayuda a la
producción de D.H.E.A. (Dehydroepiandostresterone). Al margen de aspectos
técnicos, la famosa frase “quiérete a ti mismo” tiene un increíble valor y
puede perfectamente ser la base en la que se apoya todo el concepto de
autoestima y prevención.
También se ha demostrado que el ejercicio
físico practicado dos veces por semana, puede reducir hasta en un 60% las
posibilidades de padecer Alzheimer, según un informe publicado recientemente en
la revista The Lancet Neurology, ya que los bajos niveles de
serotonina y acetil-colina están directamente relacionados con el Alzheimer, de
hecho, algunos médicos en Estados Unidos, están teniendo resultados favorables
en el tratamiento del Alzheimer al suministrar a sus pacientes 5-HTP ó
Hidrotriptofan, que es el precursor de serotonina, estos datos deben ser
tenidos en cuenta con cierta cautela, no obstante, parece lógico contemplar el
ejercicio físico como un buen sistema preventivo, también en el ámbito neurológico.
El ejercicio físico, también se relaciona con la liberación de endorfinas,
sustancias que regulan el dolor y otros compuestos químicos producidos durante
la práctica deportiva, como la noradrenalina (que activa y mantiene en alerta),
dopamina y serotonina (relacionadas con el control motor), neurotransmisores
involucrados con el estado emocional. Esto es sumamente importante, ya que
define claramente aquella famosa frase de “men sana in corpore sano” que todos
conocemos.
Los deportistas suelen ser personas con una buena capacidad de
planificación y gestión: deben planificar sus entrenamientos, gestionar las
intensidades y decidir cuando es conveniente descansar. Se trata además de
personas con una amplia capacidad para establecer objetivos y plazos. Conozco
muchas personas que tienen una vida familiar, una vida laboral y una tercera
vida ordenada según el calendario de carreras populares de montaña, marathones
y medias marathones, y eso exige planificar cada mes y cada día de sus vidas.
La conclusión de todos estos aspectos es
en primer lugar, que ya que conocemos cuales son algunos de los mecanismos de
respuesta de nuestro cerebro ante diferentes acciones como beber, fumar, hacer
ejercicio, comer… podemos antecedernos a los efectos y elegir cual de estas
costumbres es más positiva para nuestro organismo. En segundo lugar y ya que
casi todo depende de sistemas químicos y hormonales, debemos entender que
acostumbrar a nuestra mente al ejercicio es tan factible como acostumbrar a
nuestro cuerpo.
Otra razón del porque la gente no hace
suficiente ejercicio físico es porque aún sabiendo que tarde o temprano tienen
que empezar, se "va dejando". Sencillamente se trata de una prioridad
no prioritaria. Algo que va ocultándose bajo la alfombra apuntándonos muchas
veces a un centro deportivo (para hacer deporte) pero al que no acudimos, o lo
hacemos solamente para hacer una sauna, un jacuzzi o simplemente para ducharnos
o comer con los amigos. "Si, tengo que empezar", "después del
verano comienzo", "si encontrara algún amigo con el que ir…",
"empiezo a primeros de año…" las excusas podrían llenar páginas
enteras, pero una de la más socorrida es la falta de tiempo. Sin embargo
siempre tenemos tiempo para ver la televisión y siempre tenemos tiempo para
salir a tomar unas copas con los amigos. Si consiguiéramos que toda la
audiencia de los principales concursos y series de televisión se pusiera a
hacer deporte se acabarían la mayoría de las patologías derivadas del
sedentarismo, y seríamos sin lugar a dudas el país más sano del mundo.
Es verdad que salimos cansados de
trabajar, y también es cierto que marcharse a las nueve o incluso las diez de
la noche al gimnasio puede no parecer un buen plan para muchos. Tal vez
deberíamos buscarnos otras alternativas. Jugar al fútbol un par de días a la
semana con los amigos puede ser una buena opción, como también puede serlo
jugar a tenis, a páddle o sencillamente salir los fines de semana y algún día
entre semana a caminar con una ruta preestablecida. Una horita caminando puede
reportarnos grandes beneficios.
La cuestión es no conformarnos con el argumento
de que el deporte es aburrido o de que no podemos solucionar nuestra falta de
tiempo. Hay que buscar alternativas reales. Yo entreno regularmente en lugares
al aire libre alrededor de mi ciudad, Barcelona. Es fácil verme corriendo por
la montaña de Collserola o yendo en bicicleta de montaña o carretera por sus
alrededores, pero mi trabajo me hace visitar muchos clubes y centros
deportivos. Algo que veo con mucha frecuencia es gente que va al gimnasio cada
semana pero solamente para hacer sauna o para comer a los mediodías.
De vez en cuando hacen acopio de voluntad
y se suben a una bicicleta o caminan quince minutos en una cinta. Se trata de
estas personas que no disfrutan del ejercicio físico y se apuntaron al gimnasio
con la idea de cumplir con una responsabilidad con su salud o bien para
relacionarse y hacer amigos. Lo que ocurre es que la salud no admite términos
relacionados con la ficha de alta de un club deportivo. De igual forma que si
queremos llegar a un lugar determinado no basta con disponer de la ruta
adecuada perfectamente escrita en un papel, hay que ponerse en marcha, para
conquistar el objetivo de la salud mediante la actividad física, hay que
ponerse igualmente en marcha. Muchas veces, argumentamos con la falta de tiempo
o -los más sinceros- sencillamente diciendo que el ejercicio físico no les
gusta o que no tienen fuerza de voluntad. Pero al final, la realidad es que ser
sedentario es en términos de salud, un error, y cometiendo siempre el mismo
error, los resultados esperados serán básicamente los mismos, en el mejor de
los casos, un estado físico con el que tarde o temprano no estaremos a gusto.
Luis Perea
Genial blog!
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias Judith, es un placer, un saludo desde Barcelona.
EliminarGracias, me. Ha sido de mucha utilidad este texto.
ResponderEliminarGracias a ti MaRiela, espero que te ayude!
EliminarGracias, me. Ha sido de mucha utilidad este texto.
ResponderEliminar